TIENDA OFICIAL ALTOS LAS HORMIGAS | CUOTAS SIN INTERÉS | ENVÍO GRATIS A TODO EL PAÍS

 

Nuestra historia comienza en 1995, cuando Alberto Antonini y Antonio Morescalchi llegaron a Mendoza desde la Toscana. Los dos jóvenes italianos quedaron impresionados por el vasto patrimonio vitivinícola de Mendoza, por las muchas similitudes con la cultura italiana del vino, así como por las grandes extensiones de tierra de Argentina y el vívido sabor del Malbec de Mendoza. Desde sus inicios, Altos Las Hormigas fue un proyecto pionero que apostó al Malbec, una uva oscura en ese momento, que los profesionales locales consideraban apropiada para producir vinos simples, para todos los días.

 

 

Alberto y Antonio iniciaron un emprendimiento dedicado 100% al Malbec. En 1995 no existía prácticamente un mercado de vinos de calidad para ésta variedad en Argentina, y menos aún en el mundo, por lo que una bodega exclusiva de Malbec fue un proyecto verdaderamente audaz y pionero. Para Altos Las Hormigas esto fue solo el principio. En 2003 comenzamos a trabajar con la uva Bonarda, hasta ese momento la uva más plantada de Argentina, y en 2008 iniciamos nuestro Proyecto Terroir. Nuestra historia está marcada por desafíos y emprendimientos pioneros, siempre concentrados en hacer aquello en lo que creemos y tomándonos el tiempo para desarrollar nuestras ideas con profundidad. En 2010 comenzamos a trabajar con Alan York en lo que él denominaba “Agricultura Holística”, una visión de la agricultura en la que la uva y el vino no son sólo producto de la viña, sino el producto de un entorno, de un ecosistema. Desafortunadamente Alan falleció hace unos años, pero nos dejó su precioso legado, un proyecto en el que hemos trabajado desde ese momento: la agricultura regenerativa, un concepto adelantado a su tiempo, cuando hablar de estos temas no era algo común.

 

 

Agradecemos a Mendoza y a Argentina por darnos la oportunidad de trabajar y experimentar con gran libertad. Nos consideramos herederos de los inmigrantes que llegaron a estas tierras en los años 1800 y 1900 y recibieron una pequeña parcela para cultivar; ellos son los verdaderos creadores de la viticultura de Mendoza y tenemos la suerte de llevar adelante su legado. Mendoza nos ha brindado las mejores bases para buscar la calidad en tiempos de alteraciones climáticas y cambios.